miércoles, 8 de julio de 2009

Investigan el altercado de un supuesto agente murciano del CNI en una disco de Torrevieja


El militar asegura haber sido apaleado por los porteros, quienes a su vez afirman que iba ebrio y de ir exhibiendo la pistola

08.07.09 - MANRIQUE C. SÁNCHEZ/A. PÉREZ| ALICANTE/MURCIA

La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer un altercado en una conocida discoteca de Torrevieja en la que se vio implicado un supuesto agente del CNI. Según fuentes próximas al caso consultadas por este diario, el implicado, J.I.A.L., pertenece o ha pertenecido al Ejército y al parecer utilizó una placa para acceder al establecimiento, al tiempo que blandió un arma, una Beretta de 9 milímetros de calibre, en el exterior, lo que propició que unos porteros lo redujeran por la fuerza y avisaran al Instituto Armado.
El supuesto agente no dudó ayer, desde primera hora de la mañana, en llamar a numerosos medios de comunicación para airear el incidente, en el que resultó con dos dedos de una mano y uno del pie fracturados, así como con numerosas magulladoras.
A los periodistas les contó que acudió «de civil» el pasado domingo de madrugada a la discoteca KKO, para «proseguir una investigación» del Centro Nacional de Inteligencia. Sostiene que se tomó «una copa» y, ya a la salida, los porteros debieron advertir el bulto de su arma, porque seis de ellos se abalanzaron sobre él y lo inmovilizaron. «Un tío de 120 kilos me puso la tibia en el cuello», precisó a La Verdad.
Según su testimonio, no ha denunciado esa supuesta agresión por orden de un superior para no perjudicar la hipotética investigación. El individuo, a punto de cumplir los 34 años, no dudó en facilitar un carné supuestamente expedido por el Ministerio de Defensa con sus nombres y apellidos y su condición de capitán del Ejército en activo. Un comportamiento más que extraño en un espía.
La situación cambió radicalmente cuando este diario se puso en contacto con los responsables de la discoteca, que contaron una versión diametralmente opuesta a la de J.I.A.L., y describieron prácticamente una actuación más propia del personaje que interpreta Santiago Segura en Torrente que de un miembro del servicio de Inteligencia.
El gerente de KKO, Dimitri Dergachev, asegura que entró sin pagar la entrada tras mostrar sus credenciales y protagonizó un primer incidente en la barra, cuando se coló delante de unas chicas a la hora de pedir. «Ellas se quejaron y él les dijo que era policía secreta y les hizo sacar todas las cosas que llevaban en los bolsillos», explicó el responsable del establecimiento, que ya han denunciado lo ocurrido a la Guardia Civil.
Según Dergachev, el presunto espía, que iba acompañado de una mujer, siguió bebiendo hasta emborracharse. Luego salió al exterior y al poco volvió a intentar entrar, pero un portero se lo prohibió «porque no estaba en condiciones». El militar se colocó entonces junto a una valla, cerca del aparcamiento, y «delante de una veintena de testigos sacó una pistola y comenzó a cargarla», agregó el gerente de KKO.
Un cliente avisó a los empleados de la discoteca y dos de ellos, siempre según la versión de la empresa, se abalanzaron sobre J.I.A.L. para reducirle y quitarle el arma porque pensaron que se le «había ido la cabeza». «Avisamos a la Guardia Civil y vinieron dos patrullas que se lo llevaron esposado, como un preso», concluyó Dergachev.
La investigación está ahora en manos de la Guardia Civil.

http://www.laverdad.es/murcia/20090708/region/investigan-altercado-supuesto-agente-20090708.html